En el siglo XVII se mantiene la tradición medieval de representar obras religiosas en plazas, pueblos y ciudades; pero, además, en este periodo el teatro se hace profesional y comercial, a cargo de compañías que actúan en locales específicos para ganar dinero. En los siglos XVI y XVII nacen las formas dramáticas y modernas en Europa. Con Shakespeare en Inglaterra;Corneille, Racine y Moliére en Francia; y Lope de Vega y Calderón en España, el teatro occidental alcanza su plenitud y logra una gran popularidad.
Lope de Vega es el creador del nuevo teatro (al que se le llama COMEDIA NACIONAL), cuyas características encontramos sintetizadas en su obra Arte nuevo de hacer comedias (1609). Su gran acierto es que consigue dar la clave con un teatro que agrada a un público diverso, que es, en definitiva, el que paga las entradas, sin atender a la preceptiva de Aristóteles.
Características del teatro barroco
- Mezcla lo trágico y lo cómico en una misma obra. En las obras serias, por ejemplo, aparece la figura del gracioso, un personaje cómico que actúa como contrapeso.
- Ruptura de las tres unidades: acción (un solo conflicto dramático), tiempo (acción concentrada en un día como
máximo) y lugar (un solo sitio para ambientar la acción). Lope, por el contrario, introdujo acciones paralelas y secundarias que sirvieran de contraste a la principal, la acción dramática abarca varios días y se desarrolla en diferentes lugares.
- División de la obra en tres actos o jornadas, que solían corresponder a cada una de las fases del argumento: planteamiento (acto I), nudo (acto II) y desenlace (acto III). Estos actos se dividen a su vez en escenas breves, para aumentar la variedad y el dinamismo de la obra.
- Variedad métrica o polimetría: la obra, siempre en verso, ofrecía diversos tipos de versos y estrofas que se adecuaban a la acción: romances para la narración, sonetos para monólogos, tercetos para diálogos serios, redondillas para diálogos amorosos…
- Personajes tipificados: no se profundiza en la psicología de los personajes; importa más la acción. Los más representativos son: el noble, el rey, el caballero o villano, el galán y la dama, y el gracioso, normalmente es el criado o confidente del galán, encargado de ofrecer la réplica cómica a las palabras, ideas o sentimientos de su amo.
- El noble, poderoso y rico, que suele abusar de su situación y actuar como antagonista (por ejemplo, el Comendador en Fuenteovejuna).
- El rey, que imparte justicia y restablece el orden roto.
- El caballero –padre, hermano o esposo–, que defiende el orden familiar y es el encargado de vengar las ofensas que se produzcan en su ámbito. En el ambiente rural ese papel lo desempeña el villano (habitante de una villa o pueblo), modelo de honradez y consciente de su dignidad. Lope dignificará la figura del campesino, antes visto como personaje risible.
- El galán y la dama, caracterizados con rasgos positivos como la valentía, la fidelidad, etc. y que protagonizan la aventura amorosa.
- El gracioso o donaire, importante innovación de la comedia lopesca, es el criado o confidente del galán y actúa como contrapunto cómico de éste. Frecuentemente tiene su complemento en la criada que acompaña a la dama. Es chistoso, temeroso, comilón y, a veces, inculto.
- Inclusión en la obra de canciones populares, bailes… que contribuyen a hacer más ameno el espectáculo teatral.
- El decoro expresivo. Se busca la adecuación entre el lenguaje y la condición social del personaje, cada personaje actúa y se expresa con arreglo a su condición social y cultural.
- Finalidad: evasión y propaganda de valores tradicionales(morales, políticos, sociales…). El teatro se convierte en “una máquina de soñar”. En ese teatro encontramos matrimonios de “ensueño”, una visión idílica de la vida del campo y del campesino. Al mismo tiempo sirve como propaganda de valores religiosos, monárquicos y nobiliarios. El rey encarna la patria y su grandeza y los nobles son portadores y fuentes de virtudes (si aparece algún noble “corrupto”, se pondrá de relieve que es un caso particular). En definitiva, es un teatro al servicio de los intereses de los sectores dirigentes.
- Espacio escénico fijo: corrales de comedias (patio interior de edificios)
- Diversidad de público: las obras estaban destinadas a todos los grupos sociales (nobleza, clero, plebe), separados en espacios diferentes.
Temas del teatro Barroco
- El honor i la honra, (estima que una persona merece a sí misma y a los demás) la poseen nobles y villanos ricos que sean cristianos viejos. Puede perderse por actos propios como la cobardía, traición etc, y no se recupera; y/o por actos ajenos como una infidelidad, pudiéndose recuperar en este caso mediante la venganza. Cuando el honor quedaba manchado por una ofensa, debía ser lavado incluso con la sangre. El marido, por ejemplo, deberá matar a la esposa infiel, sólo así podrá recuperar la honra. La pérdida y recuperación de la honra de villanos, arrebatada por nobles indignos, es tema frecuente. La preocupación por conservar la honra llegó a ser obsesiva en el siglo XVII. Este honor no era sólo patrimonio de la nobleza, sino que también los villanos luchaban por mantenerlo intacto.
- La religión, tema muy tratado por los dramaturgos barrocos. Se cuestionan tema teológicos, siendo el más frecuente el de la Eucaristía, que dio origen a los Autos Sacramentales. Son obras de un solo acto en verso, con personajes alegóricos como el vicio, la mentira, el pecado...
- La tradición nacional es otro de los temas llevados a escena: canciones populares que sirven de inspiración para crear comedias; temas de historia de España, de nuestra tradición nacional, así como una gran variedad de asuntos caballerescos, pastoriles y mitológicos.
- También es frecuente el tema del amor, entendido como pasión noble e inevitable que puede experimentarse dentro de cada clase social, pero que no debe aspirar a salir de ella. En otras palabras, un criado no puede enamorarse de una noble. Este tema es el eje central de las comedias de capa y espada, que son obras de asunto amoroso con celos, duelos,etc.
Había tres tipos diferentes de teatros:
- Teatro religioso, cuya tradición arranca de la Edad Media y alcanza un gran auge con los autos sacramentales (piezas breves en un acto que se presentaban personajes abstractos en forma de alegoría como el bien, el pecado, el hombre...). Trataban sobre el tema religioso de la Eucaristía o comunión, y presentaban un conflicto entre el bien y el mal (el cuál solía estar personificado por el Demonio), en el que ganaba el bien. Se representaban en torno al Corpus en escenarios móviles formados por tablados y carros, sobre los que se montaba una aparatosa escenografía, al aire libre, frente las iglesias. En algunas ciudades las representaciones podían llegar a ser espectaculares por su decoración y efectos especiales. El desarrollo de este tipo de teatro en el siglo XVII está relacionado con la Contrarreforma, pues era el instrumento más adecuado para explicar al pueblo de forma comprensible un dogma esencial del catolicismo.
- Teatro cortesano: Se representaba en los salones o jardines de los palacios. A lo largo del siglo, sobre todo bajo el reinado de Felipe IV, las innovaciones escenográficas permitieron unos efectos especiales espectaculares, como, por ejemplo, conseguir que los actores desaparecieran o volaran. Estas novedades, unidas a los lujosos decorados y a la música, lucían extraordinariamente en comedias mitológicas o fantásticas y encandilaban al público cortesano. Calderón usó mucho de esos elementos escenográficos, renovados en gran parte por los tramoyistas italianos. Estos adelantos traídos de Italia eran en gran parte para demostrar el gran poder económico de las clases más altas.
- Teatro de los corrales o popular: Alcanzó un gran éxito de público en el siglo XVII, tanto en España con Lope de Vega, Calderón de la Barca y otros autores, como en Inglaterra, con Shakespeare. Las representaciones teatrales constituían verdaderos acontecimientos sociales, pues el teatro era el espectáculo más popular de la época.
Los corrales eran patios descubiertos y rodeados de casas. En un extremo del patio solía situarse el escenario, sin decorados y muchas veces sin telón, o con una simple cortina. En el mismo patio se concentraba la mayoría del público popular. Ante el escenario había algunos bancos a los que se accedía pagando con un suplemento, y detrás se situaban, de pie, los hombres del pueblo o mosqueteros, que mostraban de forma escandalosa su satisfacción o disgusto por la representación. Las mujeres y los hombres estaban separados, y al lugar reservado a las mujeres, una zona elevada en el otro extremo del escenario, se lo llamaba humorísticamente la cazuela. Más tarde se construyeron galerías superiores para las mujeres. Los nobles y autoridades se situaban en los balcones y ventanas que daban al patio, los aposentos, que se alquilaban por temporadas. En un principio casi no había casi decorados, lo que permitía una mayor libertad al autor para situar su obra en cualquier lugar, pero a la vez obligaba a que el texto supliera el decorado que faltaba con alusiones constantes, del tipo “ya estamos en el jardín”, o “es de noche”... Más tarde, los corrales incorporaron decorados y recursos escénicos que originalmente sólo se utilizaban en el teatro cortesano.
Las representaciones se hacían aprovechando la luz diurna, a primera hora de la tarde, y duraban varias horas. El espectáculo no dejaba espacios vacíos para que el público no se impacientase o se marchase. Comenzaba con una loa (alabanza), que equivale al prólogo en el que se busca la atención de los espectadores y se explica el argumento de la obra principal. También incluye alabanzas a la ciudad en la que se actúa, a los actores de la compañía; ataca a mujeres charlatanas, comenta la vida de los cómicos… Es una presentación en verso breve y de tipo cómico. Después se representaba el primer acto de la comedia. Terminado el primer acto, se escenificaba un entremés que era un pasaje protagonizado por personajes rústicos sin relación con la comedia principal. Servía para llenar los entreactos y entretener a la gente. Trataba diferentes temas y situaciones, que, en el mayor de los casos, se basaba en una burla que sufría el bobo y que la tramaba un personaje inteligente. En general de tono humorístico. Tras el segundo acto, se interpretaban canciones o se hacía un baile que consistía en una breve composición lírica, cantada por músicos cuya letra va explicando los movimientos de los bailarines. En él participaba el público. Al acabar el tercer acto, el espectáculo finalizaba con un sainete o un nuevo entremés.
Desde principios del siglo XVII, el éxito de la comedia traspasa las capas populares y Felipe III decide convertir uno de los patios de palacio en un corral para disfrutar de esas representaciones como hacía el pueblo.
Todas las obras que se representaban en los corrales eran conocidas con el nombre de comedias, fueran comedias en sentido estricto o dramas que mezclaban elementos trágicos y cómicos. Así pues, la palabra comedia adquiere en esa época un significado más amplio que el original.